centroamérica entre líneas
Centroamérica entre líneas: un blogcast de libros
Mezcle, agite y que arda: recetas para la toma de (in)consciencia
0:00
-24:18

Mezcle, agite y que arda: recetas para la toma de (in)consciencia

Colectivo Literatas que dan lata

La gastronomía centroamericana se caracteriza por la fusión de cuatro grandes culturas, su ubicación geográfica y muy variada topografía, así como su diversidad climática, lo que es fuente de una gran variedad y disponibilidad de ingredientes. No se puede entender esta cocina sin el plátano frito, herencia africana; sin el ajo, la cebolla y el aceite, que se conoce como el sofrito, que es herencia española. Tampoco puede entenderse sin la presencia de los fuegos altos que aportaron los asiáticos, que se incorporaron a la población caribeña como mano de obra después de que se abolió la esclavitud. Y mucho menos de la herencia transversal prehispánica pues es el maíz, alimento ancestral común a todas las etnias que poblaron el istmo, el ingrediente unificador de la cocina de Centroamérica. El pilar que sustenta la dieta popular, junto al frijol. Desde Guatemala a Costa Rica, el maíz se emplea en decenas de recetas y por supuesto en tamales y tortillas, preparaciones básicas de estas culturas culinarias. Guatemala tiene tamales únicos. En El Salvador hay que destacar las pupusas (también de arroz o trigo) rellenas de chicharrón de cerdo y frijoles, suavemente doradas. En Honduras las baleadas, dobladas como quesadillas y rellenas de frijol, mantequilla, aguacate, queso y plátano. En Nicaragua las bebidas a base de maíz como la tradicional chicha o platos fuertes como el nacatamal.

Además del maíz, hay que destacar productos como la yuca, frijoles negros y rojos, maní, arroz, chiles, aguacate, cacao, piña, coco, entre otros. El secreto de la cocina centroamericana está en la hibridación a fuego lento sucedida durante siglos y que ha dado como resultado platos como el Jocón, el Pepián, el Kaq’ik, los plátanos en mole de Guatemala, las variedades de atoles como el de elote, piñuela, shuco o chilate y bocadillos como las riguas, yuca frita, tustacas y totopostes, y la chicha de maíz como bebida de El Salvador, la machuca, el casabe, las baleadas, las sopas de mondongo, de mariscos, de gallina, las quesadillas y tamales, la carne de res asada en pinchos y el consomé de garrobo de Honduras, el nacatamal, el yoltamal y el indio Viejo, el baho, el vigorón, el quesillo y la sopa de mondongo de Nicaragua y el gallo pinto, también conocido como pinto o patrulla y la olla de carne costarricense.

Los sabores y texturas de la gastronomía centroamericana concentran el devenir histórico del istmo. Especialmente aquella que nace de la cocina campesina, ancestral e indígena que, en palabras de la activista guatemalteca Elena Caal, es un espacio de convivencia y diálogo, y también de pensamiento; más allá de la preparación de los alimentos y la fusión de sabores, es un espacio para ir tejiendo la lucha por los territorios; la cocina es el espacio físico donde se concentran las personas para tomar café o un atol y conversar, contar historias, reír, gestar proyectos, llorar por las ausencias.

En ese espacio se cocinan también las luchas cotidianas; esos procesos de transformación colectivos para encontrar estrategias en la intervención social, incluso desde los tiempos de la colonia. De hecho, la rebelión en la cocina es un ejemplo de colonización o descolonización porque en el se ve reflejado los efectos devastadores en las culturas mesoamericanas, pero también la resistencia, sabiendo que el alimento es patrimonio de los pueblos. En la conquista, los europeos encontraron tierras fértiles y nuevos productos como el maíz, la yuca, los chiles, paltas o aguacates, papayas, frijoles, calabazas, algodón, tomates, cacao, papa, batata, piña y tabaco entre otros. Animales como perros, llamas, alpacas, pavos y algunas variedades de pollo. Las carnes que se consumían en general eran producto de la caza.

A pesar de que se habían establecido nuevos sistemas agrícolas, los recién llegados del otro lado del océano utilizaron las tierras fértiles para sus cultivos como trigo, arroz, café, cítricos, olivos, mango, vid, introduciendo animales de cría de rápida reproducción como cerdos, vacas, ovejas y cabras, transformando la industria de la carne en una gran mercancía. Los cambios que causaron la penetración económica europea y la consiguiente destrucción de patrones de producción nativos impactaron de tal forma que se creó una nueva estratificación social, formándose nuevas jerarquías políticas y sociales, en las que la mujer quedaría relegada a un papel secundario, sumamente doméstico, en la construcción de las sociedades.

Y lo cierto es que el patriarcado, con mayor o menor virulencia, sigue siendo aún una cruel realidad en todo el planeta. Tal vez no es tan visible en sociedades con altos niveles de desarrollo, pero es sumamente presente en regiones como la centroamericana. Una región en la que todavía resuenan mensajes caducos que asocian la biología que define al hombre y la mujer, a sus comportamientos y roles. Estos argumentos tienden a igualar la experiencia de todas las mujeres cuyas consecuencias conllevan a la casi inadvertida cosificación de roles y estereotipos de género.

Y para tomar conciencia de esta construcción ideológica del poder masculino que se ha impuesto y de la nefasta injusticia —una más de tantas— que sigue vigente en estos días, qué mejor forma de hacerlo que a través de un recetario literario, publicado por Parutz´, una de las editoriales más rebeldes e inquietas del panorama literario centroamericano, cuyos textos poéticos, según Juan Pensamiento Velasco, escritor, artista visual, columnista y crítico cultural guatemalteco, reflejan ese hartazgo por los roles tradicionales que siguen siendo pavorosamente impuestos en Guatemala, y por extensión en Centroamérica.

Hoy en centroamérica entre líneas, transitaremos por Mezcle, agite y que arda: recetas para la toma de (in)consciencia del Colectivo Literatas que dan lata.

Norma Liliana Chamalé Patzán, alma y mente de Parutz’ editorial y también poeta mixóloga, afirma que este recetario evoca la actividad de compartir: un trago, una comida, palabras y sentimientos en un momento de la vida. Esta obra es la oportunidad de compartir palabras llenas de fuerza y compartir sentires, teniendo como excusa una bebida. Este poemario es una fusión de sabores y sensaciones, emociones y puntos de vista sobre la vida.

Mezcle, agite y que arda: recetas para la toma de (in)consciencia del Colectivo Literatas que dan lata es una expresión más del hartazgo por los roles tradicionales que siguen siendo pavorosamente impuestos en la sociedad centroamericana. Para Juan Pensamiento Velasco, prologuista de este rebelde recetario, “estos textos que constituyen el recetario (algunos pocos de forma literal y algunos muchos más metafóricamente) para la toma de (in)consciencia, ciertamente, no podrían existir sin nociones claras y experiencias tangibles de los feminismos y, ciertamente, no se leerían tan potentes ni tan cósmicamente reales de no ser porque sus autoras, autores, autoris, autoros y autorus poseen mentes poderosas que envían señales poderosas a sus dedos poderosos que teclean poderosamente para alimentar esto que inició como un poderoso blog y ahora toma la poderosa forma de libro”.

Un libro de escritoras guatemaltecas cuyas voces hacen ruido, mucho ruido, porque ante la realidad en la que estamos inmersos, es necesario registrar la historia desde la mirada de mujer que lleva luchas paralelas por la liberación personal y colectiva, traducida de cualquier forma: poesía, narrativa, formas nuevas. Doce son las literatas que dan lata y que escriben con convicción, con esperanza, con pasión, por compromiso:

Marcela Dubón nos receta Agua de Bilbao, para brindar con un blues nostálgico de fondo y Amor eterno, para beber despacio como el amor que vuelve y va. Ella nos regala los poemas Duelo y La eternidad de un encuentro.

Vanessa Ramos receta Bloody Mary para disfrutar cuando el día agonice y Carnivore para beber con intensidad hasta que no sobre un pedazo de piel. Ella nos recita los poemas Bloody Mary y Carnyvore. En su poema Bloody Mary, la poeta declama:

Llámame, María, cuando las palomillas naufraguen

en el lago de tus lágrimas.

Lucía León nos invita a un Blue Moon, y a mover la copa al compás de los átomos más obtusos del universo, y nos regala los versos de sus poemas Implosión, Instrucciones para retornar y La tejedora. En este último la poeta declama:

quiero tejer la memoria

de las cosas

cuando duermen

Ruth Vaides nos invita al cóctel Celos, una copa para no compartir y nos regala unos Poemas - Recetas para ...los celos, ...el dolor, ...la autodestrucción y ...el asesinato. En este último, Ruth escribe:

Escoge un equipo de fútbol profesional

y vuélvete parte de su horda de fanáticos.

O sólo intenta ser honesto.

Probablemente, ya eres una víctima.

Ximena Fuentes Molina nos invita a tomar un Cosmopolitan para brindar en todos los idiomas que conozca el bebedor mientras apreciamos su relato Cosmopolitan (en esta ciudad). En este, la poeta escribe:

Hielo macizo, limón amargo y un montón de guaro; así es el relleno de mi alma después de todo lo que ha pasado.

Diana Morales nos invita al trago Maizal, dulce y potente como la tristeza, como la consciencia, a un Cuba Libre, que en Haití se prepara con ron italiano y jarabe de coca, y un Zombie, para brindar con amigos y no morder a ningún enemigo. Ella marida estos tragos con los poemas Cómo elaborar una molotov contra la indiferencia, Shhh, no se lo digas a nadie y Bienvenidos al planeta de los zombis. En su primer poema, ella declama:

Vuelvan abuelas,

No nos desamparen

Que aún hay tanto Sepur Zarco

Entre nosotros.

Rossana Estrada nos invita a una intensa y ancestral Cusha y a un Margarita Azul, para beber rememorando flores y amores mientras nos recita los poemas Vaso de cusha y Margarita Azul. En este último, la poeta escribe:

Descifré la vibración del agua,

trencé con mis cabellos realismo mágico,

desaté con versos el olvido,

construí el nido con palabras.

Tania Hernández nos prepara un Feuerzangenbowle para disfrutarlo con cualquier persona con quien se pueda invocar al fuego, mientras la poeta declama:

Bajo la vida que gira,

Nuestro amor en llamas.

Esta poeta también nos ofrece un Sharon Stone y un Shirley Temple Black, invitándonos a bailar hasta que el tiempo sepa a limón. Ambos tragos los marida con los poemas Sharon Dentata y Shirley Black, respectivamente.

Sandra González prepara un Godmother, recomendándonos gozarlo fríamente y

y un Passion Martini mientras nos deleitamos con sus poemas Antro y Pasión frutal. En el poema Antro, Sandra declama:

La sexualidad helada de ella sintió las

caricias almendradas de los ojos de él.

Con la mirada se acercaron.

Con la mirada se entendieron.

Con la mirada se tocaron.

Se tocaron…

La poeta Helena Galindo nos invita a un Manhattan, mientras recita:

Estás aquí para olvidar la lengua en

Que tu padre daba órdenes.

Para olvidarte del matrimonio adolescente.

Aquí no hay padre.

Aquí no hay madre.

Carolina Pineda marida un Mezcal Spritz con el poema Para conciliar un sueño. Ella escribe:

en donde

las palabras

se desbordan

hiriendo

de la insomne poeta

las entrañas.

Norma Chamalé Patzán prepara una Michelada, para brindar y compartir el picorcito de boca con un beso ardiente y un Pasión para dos, para beber las miradas, los cuerpos y las almas. Ella nos regala los poemas Por lo que fuimos y ya no y Voy a diluirme en tu boca. En este último, ella recita:

Hace tiempo dejé de soñar y

empecé a vivir con vos,

a saber a vos,

a oler a vos,

a mirarme en vos.

Desde hace algún tiempo

el amor lo vivo sobre tu vientre.

Mezcle, agite y que arda: recetas para la toma de (in)consciencia incluye los anexos: Hanky Panky, el cocktail de Ada Coleman, el pequeño ensayo Profesión: barmaid de Helena Galindo sobre la profesión de las mujeres que se dedicaban a preparar cócteles y el texto Cómo llegamos hasta aquí, una reseña sobre el origen del colectivo Literatas que dan lata. Cierra este recetario para la toma de (in)consciencia con las biografías de estas latísimas literatas.

Este recetario que arde en nuestro paladar está también lleno de amor en distintas manifestaciones, pero, ante todo, de amor propio, esencial para afrontar con multiplicidad y complicidad de colores y sabores de Centroamérica que, en los últimos años, se siente tan gris y carente de sabor ante tanta desigualdad e injusticia. En estos tiempos revueltos que estamos viviendo y en medio de la constante lucha que intenta corregir o al menos, patentizar, los desequilibrios sociales encarnados desde hace cientos de años, la poesía es tal vez el medio más político y efectivo, pues como plantea la poeta Norma Chamalé Patzán y alma de Parutz’ editorial, allí se gritan consignas, afrentas, indignaciones y opresiones. Para ella, escribir lo que su corazón siente, hilvanando palabras, es simplemente un ejercicio de liberación que algunas veces aporta y provoca a otros seres de lucha; entonces sí se vuelve poesía rebelde, poesía roja, poesía antiromántica, antiburguesa; textos poéticos como contraposición a la sumisión.

Y así son las voces de estas poetas latosas que, hilvanando palabras, exponen, denuncian, provocan, responden y despiertan: nos despiertan. La belleza de la poética de estas escritoras que dan lata reside en su capacidad de retorcer y moldear el lenguaje para crear ritmo, arte y poesía. Unas poesías que nos sacuden con cada verso para que también expongamos, expresemos y denunciemos, pues para ellas, las poetas, ser literata en esta vida tiene sentido por dar lata.


Colectivo Literatas que dan lata escribió Mezcle, agite y que arda: recetas para la toma de (in)consciencia y Partuz’ Editorial la publicó en 2025. Este colectivo se formó en 2013 y nace como punto de encuentro para dar fe de la existencia de una fuerza poética desde lo femenino, en todas acepciones y variantes. Las poetas y narradoras guatemaltecas que nos ofrecen recetas para la toma de (in)consciencias son:

Marcela Dubón. Escribe poesía desde su adolescencia. Ha escrito artículos académicos en materia de derechos humanos, de mujeres y derecho constitucional, publicados en revistas y anuarios de Colombia, Brasil y Argentina. Sus poemas aparecen en antologías como Poesía para Todos, Festival por la Memoria y la Justicia, Programa Nacional de Resarcimiento, U Poética, 56 altares; filos y espejos. Lienzo de fuegos es su primer libro de cuentos y Trayecto, su primer libro de poesía.

Vanessa Ramos. Narradora por vocación, suicida que pendula en el abismo entre el cuento y la poesía. Amante de las tablas y con corazón siempre dispuesto para la producción audiovisual. Profesional de la salud mental y en construcción de un mundo equitativo con la defensa de los derechos humanos. Su obra publicada se condensa en los títulos Versos Perversos y Ausencia.

Lucía León. Periodista, poeta y narradora. Kalina y el sol y Pancho penacho son dos de sus títulos publicados. Su trabajo ha sido recogido en diversas antologías y revistas, entre ellas Poesía y rimas, Caleidoscopios Urbanos, Festival Poesía para Todas, entre otras.

Ruth Vaides. Ha participado en múltiples recitales, eventos y festivales tanto en su país como en el extranjero. Su poesía y narrativa ha sido publicada en antologías, diarios, fanzines y revistas de distintos países como el Salvador, Honduras, Colombia, Bolivia, Argentina, España y México. De su obra publicada mencionaremos los títulos Con versos de calibre ignorado, El pequeño teatro de la ira, Kodoku Shi - Muerte solitaria, Hikikomori - Dejarse morir, Breve descripción del caos, Insípido sueño de una noche sin pastillas, Esa niña tiene pensamientos de sicario y Mapa de la medianoche.

Ximena Fuentes Molina. Artista, feminista, columnista. Alumna, docente y ser humano consecuente. Ha publicado en medios como Publinews, La Nación, Revista Ciudadano y Plaza Pública.

Diana Morales ha participado en festivales y encuentros literarios como el 8° y 10° Festival de Literatura de Copenhague, el Festival Internacional de Poesía de Aguacatán, el Festival Internacional de Poesía Amada Libertad en El Salvador y el Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango. Sus poemarios publicados son Los escombros del purgatorio, Animus Necandi y El vaporoso seno del abismo.

Rossana Estrada. Investigadora, científica social y poeta. Ha participado en lecturas de poesía, festivales, congresos y encuentros en varios países. Ha publicado seis libros de poesía y doce libros sobre temas académicos. Ha sido incluida en antologías internacionales y traducida a varios idiomas.

Tania Hernández. Varios de sus cuentos y poemas han sido publicados en revistas y compilaciones antológicas en Guatemala y otros países. Algunos de sus títulos de relatos cortos son Love Veintediez, Desnudar Santos, Cuentos para Adultos Fantásticos y Terciopelo y Encaje. Además de la coautoría del libro para las infancias Niñas Inquietas, Mujeres Maravillosas.

Sandra González. Escritora e investigadora de literatura guatemalteca. Es integrante de la Colectiva Escritoras Guatemaltecas. Ha publicado narrativa y poesía en:

Taller de narrativa del Centro Histórico, Antología poética Taller de poesía experimental, Inmortales. Colección 1, Libro 4, Guatemala: Antología literaria contemporánea, Lienzo de fuegos, narrativa breve por la vida, 56 altares, filos y espejos, Antología Arte o silencio, Antología Leamos y Ovejas negras: antología de minificción de Iximulew.

Helena Galindo. Ha participado en varias antologías y publicaciones de poesía y cuento. La cabeza fuera del agua y Manual para perder la identidad, son dos de sus títulos publicados.

Carolina Pineda. Poeta, escritora y artista del performance. Ha participado en diversos festivales y recitales. De sus títulos publicados mencionaremos Eyaculo mi propia seducción, No soy poeta, Pavloviana la perra, Moi y Lato Blanco.

Norma Chamalé Patzán. Sus textos reivindican sus luchas personales y colectivas en defensa de la vida y los territorios. Ha participado en antologías y festivales y acciones políticas colectivas. Publicada en la antología de cuentos cortos sobre violencias contra las mujeres Lienzo de Fuegos, narrativa breve por la vida. Y esta escritora es la fundadora de Parutz´editorial que acoje la publicación del colectivo Literatas que dan lata.

Hasta el momento, el colectivo ha publicado las obras Literatas que dan Lata en 2013, Elogio de nuestros cuerpos, homenaje a Alaíde Foppa en 2016 y Álbum de poemas ilustrados, Jornadas Luis de Lión en 2021.


Fuentes consultadas:

  • Colectivo literatas que dan lata. Mezcle, agite y que arda: recetas para la toma de (in)consciencia. Guatemala: Parutz’ Editorial, 2025. ISBN: 978-99939-2-296-4.

  • Velasco, Juan Pensamiento (2025). «Mezcle, agite y que arda: recetas para la toma de (in)conciencia», del colectivo Literatas que dan lata. En: La Gazeta (6 de julio). Recuperado de: enlace

  • Chamalé Pa Atzán, Norma ([2015?]). Literatas que dan lata. En: Chamalé Pa Atzán (6 de julio). Recuperado de: enlace

  • Hernández, Tania (2013). El papel de la mujer en la sociedad [literaria] actual. En: Cuentiemos (23 de julio). Recuperado de: enlace

  • Sandoval Ruiz, Heidy (2019). La cara amiga de Ruth Vaides En: Las entrevistas de Heidy (marzo). Recuperado de: enlace

  • Gastronomía centroamericana: una rica fusión de la cocina indígena, africana y española (202?). En: Centroamérica. Recuperado de: enlace

  • Atlas de cocina de Centroamérica (202?). En: Escuela Gastroactitud. Recuperado de: enlace

  • Cetino, Rocío (2025). La gastronomía Maya en Guatemala. En: Guatemala.com (24 de febrero). Recuperado de: enlace

  • Briceño, Corina (2024). La nueva generación de cocineros que habla de Guatemala. En: Siete caníbales (21 de mayo). Recuperado de: enlace

  • Oxom, Elías (2022). La cocina campesina, una forma de acuerpar la resistencia de los estudiantes de la USAC. En: Prensa comunitaria (18 de julio). Recuperado de: enlace

  • Corona de la Peña, Laura. Good Eshelman, Caherine. (2011). Estudiando la comida y la cultura mesoamericana frente a la modernidad. En: Perspectivas antropológicas e históricas (pp.11-38). Recuperado de: enlace

  • La cocina como resistencia (2021). En: Desinformémonos, periodismo de abajo (11 de agosto). Recuperado de: enlace

Discusión sobre este episodio

Avatar de User

Por supuesto, sigue adelante.