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Centroamérica entre líneas: un blogcast de libros
Páginas de resistencia
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Páginas de resistencia

de Ada Valenzuela

Centroamérica ha venido evolucionando de una cultura de guerra a una de paz; y de una cultura de paz a una cultura democrática, tratando de aumentar y mejorar sus niveles de desarrollo humano sostenible. Tras décadas de enfrentamiento militar y violencia en la mayoría de los países centroamericanos, gobiernos y organizaciones civiles han unido esfuerzos en superar las brechas sociales que han causado estos años de enfrentamientos.

La región centroamericana ha profundizado su transición hacia la democracia desde comienzos de los años 90, con la adopción de acuerdos de paz, la celebración de elecciones, la reconciliación nacional y un mayor compromiso para la protección de los derechos humanos. Sin embargo, la democracia y especialmente los derechos humanos continúan enfrentando grandes desafíos que impiden alcanzar avances significativos. Entre ellos están el lento crecimiento macroeconómico, la continuada desigualdad social, la fragilidad de las instituciones estatales, la fragmentación de los partidos políticos, el caudillismo, lo incipiente de las instituciones sociales, la creciente inseguridad y la vulnerabilidad frente a los desastres naturales. Los países centroamericanos han intentado enfrentar los desafíos de la globalización incrementando su crecimiento económico mediante un mayor comercio e inversión; sin embargo, las tasas de crecimiento siguen siendo bajas y en los pocos casos en que se han incrementado no han podido ser sostenidas.

Además de las realidades socioeconómicas, existen múltiples y complejos problemas políticos. La administración judicial es ineficiente, selectiva y subordinada a la influencia de líderes políticos y avorazados empresarios lo cual conduce al abuso de autoridad y la corrupción política. Hay falta de transparencia, especialmente en la ejecución de obras públicas, y poca responsabilidad por parte del Estado. Más aún, los partidos políticos carecen de institucionalismo democrático y excluyen sectores representativos como los jóvenes, las mujeres y las minorías étnicas. Los líderes de estos partidos gravitan hacia el oportunismo político, no atienden las necesidades sociales, y protegen el status quo tradicional y el caudillismo a expensas de las prioridades nacionales. El tejido social permanece débil, al punto de que las organizaciones sociales como las ONG y otras organizaciones de desarrollo, a menudo no pueden sostenerse por sí mismas. La calidad de las instituciones sociales, incluso tan importantes como los medios de comunicación, está determinada por la concentración de mercado, el control estatal y una profesión periodística en desarrollo.

Ejemplo de ello puede ser los recientes acontecimientos acaecidos en Guatemala, cuyo actual presidente casi no logra asumir el cargo por la intervención de algunos sectores oscuros del sistema de justicia y del empresariado local. O como en El Salvador, cuyo recién electo presidente se ha encargado de preparar un ecosistema que le permita la reelección, aun cuando la constitución de ese país no lo permite, sin mencionar el continuado régimen de excepción que mantiene suspendidos los derechos básicos de la ciudadanía. O la actual realidad distópica que está viviendo Nicaragua cuyas autoridades han cancelado arbitrariamente a organizaciones de sociedad civil y cientos de ciudadanos se han visto avocados al exilio simplemente por no compartir el ideario oficial instalado.

Una de las mayores limitaciones para el desarrollo en Centroamérica es la pobreza, en parte asociada a la desigualdad en los ingresos y en la distribución de la riqueza. Si el promedio latinoamericano supone que la pobreza alcanza al 29,1% de la población, correspondiendo alrededor del 11% a la categoría de "pobreza extrema", en Centroamérica, el 37% de los centroamericanos son pobres, y 18% extremadamente pobres, esto es, viviendo con menos de 2 dólares al día. Pero la desigualdad no es solo un fenómeno económico o social, sino también lo es político. A pesar de que en Centroamérica las mujeres son la mitad de la población, estas ocupan solo una pequeña parte de los cargos políticos importantes. En algunos países las legisladoras son menos de 10%, un cuarto de los ministros son mujeres y menos de 10% alcaldes.

Una de las consecuencias de la desigualdad es, sin dudas, la creciente emigración, como medio de supervivencia hacia países como los Estados Unidos. Desde las guerras civiles en Centroamérica, la emigración aumentó significativamente, debido a una combinación de varios factores. Entre las razones principales se encuentran la violencia y la represión, el lento crecimiento económico, a pesar de la estabilidad, los efectos de desastres naturales, y la demanda de mano de obra inmigrante en la economía global.

Y en este contexto, asistimos hoy a una crisis democrática de consecuencias importantes en la región centroamericana. La democracia en Centroamérica está enferma. En el contexto actual se agrava la difícil situación de amplios sectores sociales en todos los niveles. La región centroamericana se ha convertido en una cordillera volcánica de resistencia social en los últimos años, que nos hace recordar los tiempos de sueños políticos y sociales de los años 70 y 80. La población ha mostrado siempre una gran capacidad de resiliencia, es decir, gran fortaleza para soportar y superar las adversidades de todo tipo. Pero ahora esta resiliencia se muestra en la fortaleza de una resistencia activa no violenta ante la crítica realidad política de algunos de los países centroamericanos.

Y de las diferentes figuras que pertenecen al panorama literario de la región, es la poeta y activista guatemalteca, Ada Valenzuela, la que mejor retrata la resistencia resilística de la sociedad centroamericana, especialmente las de las mujeres de la región. Ejemplo de ello es su poemario Páginas de resistencia.

Desde las páginas de Resistencia, Ada lanza una profunda y provocativa invitación a no dejar de soñar, a mantener la ternura, a no dejar de ser niños y niñas; nos invita al baile, al grito, a beber lluvia y a mantener la marcha. Como afirma el antropólogo, investigador y escritor guatemalteco Pablo Sigüenza Ramírez, las palabras que salen del cuerpo de Ada son páginas que florecen desde las orquídeas, son polen que viaja en mariposas que beben néctar de la acción humana, son reflejo de los ojos color noche de este país llamado Guatemala.

Ada ama la vida y la libertad y por eso la denuncia, el reclamo y una voz que señala opresiones, pero también por eso mismo, este canto de esperanza, amores y celebración. En tiempos en los que el mundo camina al precipicio y escasea la esperanza, afortunadamente aparece la palabra y la acción de mujeres que como Ada viven sus sueños libertarios en cada respiro.

Estas son las páginas, que se desprenden de un corazón.

El esbozo de cada letra, una palabra que se aproxima.

Y cada palabra la antesala de una acción.

Así arranca este poemario en resistencia. Toda una declaración de intenciones de esta poeta que alza su voz y sus letras para crecerse y para que nos crezcamos ante las adversidades. En Páginas de resistencia, Ada Valenzuela reta la indiferencia, crea imágenes que estremecen los sentidos y la conciencia. Desde la tortilla compartida, los olores de la ternura, los sonidos de la selva que anuncian la liberación, el rojo de la sangre derramada por el genocidio y la indiferencia cómplice, la presencia del desaparecido, el estruendo de la indignación ante la corrupción.

Para la investigadora feminista, comunicadora, activista y pensadora guatemalteca, Patricia Galicia, Ada transgrede la marginalidad y el silenciamiento impuesto desde la dignidad de quien se sabe protagonista de la historia, donde confluyen las historias de mujeres y hombres del campo y la ciudad. Ada Valenzuela ha transitado esos caminos. Por eso, a cada protagonista le reconoce con trayectoria propia e hilvana en un telar multicolor sus luchas pasadas y presentes por el territorio y la vida; de las aulas al campo, de la fábrica al arte, del hogar a las asambleas, de la clandestinidad a la vida pública, de las calles a los tribunales de justicia.

Ada estructura Páginas de resistencia en una serie de capítulos que acuerpan las distintas composiciones que forman parte de este poemario.

En Páginas para mujeres que están en resistencia, incluye los poemas Hija, Ternura, La resistente, Caminaba, Titulares para las luchadoras clandestinas y conocidas y A las mujeres que inspiran. Aquí la autora alza su voz más reivindicativa para reconocer, defender y proclamar la figura de las mujeres cuya realidad las sigue postergando en una sociedad patriarcal y, en el caso de Guatemala, racista y excluyente.

En Páginas de claveles rojos y esperanza, el poemario celebra las voces de denuncia y protesta, abraza a la madre tierra y al padre río. Su voz de poeta nos regala las composiciones Claveles rojos, Sueña, Invitación, De a poquitos, Mientras e Irrumpieron en la selva

En Páginas de enojos que generan resistencia, la voz de la poeta se vuelve más crítica ante las injusticias del sistema que beneficia a los ya privilegiados y criminaliza a los que siempre viven en carne propia las consecuencias de la cruel desigualdad y exclusión. Aquí encontramos los poemas: Ojos de color de noche profunda, Que no te engañen sus anuncios comerciales, Cuesta arriba, Madrugada, Siempre pueblo, Usted, Corte de impunidad, ¿Y vos qué crees?, Resistencia, Tocando tu conciencia, Tenemos, ¿Hacia dónde? y La tormenta se fue.

En la última sección, Páginas para quien está en resistencia, Ada Valenzuela realiza un ejercicio poético de reconocimiento a aquellas personas que, sin importar el precio a pagar, denuncian las injusticias y defienden sus derechos… nuestros derechos. La voz de Ada, hecha poesía, se torna más visceral que nunca. Aquí encontramos los poemas Marcha campesina, Ixcán, Sangre de pueblo. Te reconocí de inmediato, Celebrar la vida, La luna, No renuncio, Atrapa sueños, Puede ser y Papá.

Ada finaliza este poemario agregando un apéndice. Tras las mujeres que han marcado su vida: La seño Adelita. Su maestra de la escuela número 90 de la colonia San Rafael, en la zona 18 de ciudad de Guatemala y que despertó en Ada el placer de leer, la importancia de pensar y opinar. Y también le dio el mejor regalo: la fuerza necesaria para convertirse en lo que Ada es hoy en día: una poeta valiente cuyas palabras, versos y escritos destilan realidad, anhelos de justicia y esperanza.

Ada Valenzuela y la contundencia de sus palabras denuncia las injusticias sociales: El despojo, la falta de oportunidades, el hambre, la explotación, la expropiación del cuerpo y los recursos naturales. Ella convoca a construir memoria histórica para desafiar la impunidad, la invisibilidad, los poderes opresores y los sistemas de muerte generados por el extractivismo, el patriarcado, el racismo y la manipulación mediática.

Encauza la indignación a la acción política y la participación crítica. El ritmo de estos movimientos que no se detienen ni se detendrán lo marcan los caminos transitados por las mujeres y el pueblo del que Ada Valenzuela se reconoce heredera, acompañante y protagonista porque sigue cultivando claveles de transgresión, justicia y esperanza.

Una esperanza que nos trasmite cuando en su poema Hija, ella declama que la quiere ver libre, fuera de este sistema que oprime. La quiere sentir libre, sabiendo que la lucha sigue. Quiere que su hija sea libre, de pensamiento y de amor. Y es que para la poeta Ada Valenzuela, ser mujer, vivir mujer en Guatemala y por extensión, en Centroamérica ya no es solo una cuestión de resistencia sino también de resiliencia. Para Ada, la violencia sexual ha sido utilizada como una estrategia de control de los cuerpos y territorios de las mujeres desde los tiempos de la colonia, la guerra interna y pos firma de los acuerdos de paz. El patriarcado, como sistema, usa la violencia para deshumanizar, menosprecia y cosificar a las mujeres, logrando incluso la naturalización y normalización de la opresión dirigida a las mujeres como grupo social. Ella afirma que, en ese sentido, esta dominación patriarcal y racista ha estado encaminada a menoscabar la dignidad de las mujeres y mantenerlas como ciudadanas de segunda categoría, aunque en los últimos 40 años hayamos avanzado en la reforma y creación de leyes, normas, institucionalidad, organización y formación.

Y la poeta Ada aprovecha cualquier oportunidad para celebrar y resignificar el papel de las mujeres en los nuevos tiempos que vivimos. De aquellas mujeres que tejen otras realidades, alzando las voces hiladas por la historia; de las mujeres de mirada clara que con sus voces llenan de esperanza Guatemala; de mujeres que hacen historia, abriendo brecha, sembrando en el campo y la ciudad.

A pesar de las ausencias, incertidumbres y amenazas, Ada Valenzuela nos invita a resistir y a celebrar la vida, como una manera de decirle a este inhumano sistema que aquí estamos. Ada Valenzuela nos invita a celebrar para no olvidar. Y con Páginas de resistencia, poemas que piden a gritos su liberación, abrazamos con gusto y placer la lectura de este poemario; para aprender a resistir, para celebrar, y por supuesto, para no olvidar.


Ada Valenzuela escribió Páginas de resistencia y PROORSA la diseñó e imprimió en 2017.

Ada Valenzuela nació en 1981. Ada es feminista, defensora de derechos humanos, educadora, investigadora, comunicadora y escritora guatemalteca. Empezó a escribir desde los seis años y desde ese momento no ha parado de construir sueños y horizontes con textura de papel. Escritora de poesía y relato corto, inspirada por Rubén Darío, por su relato Azul, a partir de sus 14 años comienza a escribir narrativa más extensa. Ha publicado tres libros de poesía. Artículos y cuentos suyos han sido incluidos en diversas revistas y antologías. Ada está convencida de la importancia de luchar por la verdad, la justicia y la memoria histórica. Entre sus libros se encuentran sus poemarios Amaneció, Con el alma desnuda y Páginas de resistencia y la novela Me verás bailar bajo la lluvia. Esta forma parte de una trilogía de textos de la autora, en el marco de la reactivación del proceso judicial por el caso del diario militar y como homenaje a las familias que buscan justicia.

La escritora Ada Valenzuela es una favorita de Centroamérica entre líneas. Esta es la segunda cita que tenemos con ella pues hace unos meses tuvimos la oportunidad de conocer su libro Me verás bailar bajo la lluvia. Este fue el primer texto narrativo que publicó. Es una novela corta ambientada en la convulsa década de 1980. Es un relato complejo que nos susurra al oído sobre la experiencia de sobrevivir a la prisión política y la permanente esperanza de construir una sociedad justa. Aquí, la protagonista de esta historia regresó de entre los muertos, pudiendo desenmascarar al tirano que no tuvo la valentía de afrontar su sentencia condenatoria. Me verás bailar bajo la lluvia es un sugestivo emblema de dignidad esculpido desde las mujeres que han roto sus ataduras patriarcales y ahora sonríen, cantan, bailan bajo sus pautas de autonomía, iluminando a aquellas que aún están en la búsqueda, desde lo personal a lo colectivo.


Fuentes consultadas:

  • Valenzuela, Ada. Páginas de resistencia. Guatemala: [la autora], 2017.

  • Poemas de Ada Iveth Valenzuela (2022). En: Gazeta, dela A a la Z (4 de septiembre). Recuperado de: enlace

  • La autenticidad del Diario Militar, a la luz de los documentos históricos de la Policía Nacional (2011). Guatemala: Secretaría de la Paz, Dirección de los Archivos de la Paz. ISBN: 978-9929-554-81-8. Recuperado de: enlace

  • Valenzuela, Ada. Que se acaben los silencios, que se abran los caminos, que se alcen las voces de todas las mujeres (2011). En: La Gazeta, de la A a la Z, Puertas abiertas (19 de septiembre). Recuperado de: enlace

  • Ada Valenzuela (2022). En: La Hora (12 de agosto). Recuperado de: enlace

  • Valenzuela, Ada. Poemas de Ada Iveth Valenzuela (2022). En: La Gazeta, de la A a la Z, Poesía (4 de septiembre). Recuperado de: enlace

  • La importancia de nombrarnos: escritoras guatemaltecas ¿quiénes son y quiénes las leen? (2020). En: FILGUA Virtual (2020). Recuperado de: enlace

  • Gálvez, Virginia (2019). Justicia y reparación para y desde las mujeres. En: La Cuerda, miradas feministas de la realidad (no. 212, abril-mayo). Recuperado de: enlace

  • Orozco, Manuel (2006). Centroamérica: retos, conflictos y perspectivas en el siglo XXI. En: Diálogo Interamericano Recuperado de: enlace

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