El estrato social de la clase media ha sido tradicionalmente considerado uno de los pilares fundamentales del desarrollo económico y la estabilidad social de los países. Sin embargo, en las últimas décadas, a nivel mundial se está experimentando una progresiva desaparición de este segmento social. Para determinar si alguien pertenece a un grupo social determinado, de entre los muchos factores existentes, Banco Mundial divide a la población en tres segmentos, según sus niveles de ingreso. Para esta organización multilateral, son pobres aquellas personas con ingresos diarios menores a $5, personas vulnerables aquellas con ingresos de entre $5 y $13 diarios y clase media, aquellos individuos con un ingreso diario de entre $13 y $70. Si bien es cierto que esta clasificación es un poco simplista, mencionaremos que, en muchas de las regiones de Centroamérica, la mayoría de las personas viven con menos de $2 al día.
Para la Comisión Económica para de la América Latina de las Naciones Unidas, conocida como CEPAL, existen varios métodos para medir la estratificación social, entre ellos los ingresos de las personas, los gastos de los hogares, las ocupaciones, las percepciones individuales y los niveles educativos. Aunque sería interesante también considerar el acceso a servicios básicos como energía eléctrica, agua corriente, servicios de salud y conectividad a internet, por ejemplo.
Independientemente de cómo segmentar nuestras sociedades, la clase media en Centroamérica enfrenta una crisis de extinción debido a factores estructurales y coyunturales que han erosionado su estabilidad económica y social, profundizada por la recesión económica mundial sufrida por la pandemia causada por el coronavirus, que ha pasado factura en la región revirtiendo en pocos meses los avances socioeconómicos logrados durante décadas.
La creciente desigualdad, la informalidad laboral y la ausencia de políticas de protección social han generado un entorno hostil para la sostenibilidad de las clases medias centroamericanas, en una de las regiones, de por sí, más desiguales del mundo. De un lado, la concentración de la riqueza en una élite económica y el gran empresariado ha reducido las oportunidades de ascenso social para la clase media, llevándola a la precarización. Y de otro, el deterioro del mercado laboral y la falta de empleo digno han debilitado también a la clase media. De hecho, más del 60% de los trabajadores centroamericanos se encuentran en la economía informal, lo que implica bajos salarios, falta de seguridad social y vulnerabilidad ante crisis económicas. Así mismo, otro factor determinante en la asfixia de las clases medias centroamericanas son las deficientes políticas públicas caracterizadas por la ausencia de incentivos fiscales, el acceso limitado a créditos y la falta de regulaciones para proteger a los trabajadores.
Consecuencias de todo ello son el aumento desbocado de la migración masiva, pues muchas personas buscan mejores oportunidades en otros países, principalmente en Estados Unidos y la inestabilidad política y social, derivada del descontento de la población ante la falta de oportunidades y del deterioro de sus condiciones de vida incidiendo directamente en la calidad de los sistemas democráticos de Centroamérica. Dicho de otra forma, la atenuación de las clases medias centroamericanas amenaza la salud de sus democracias.
En la pequeña región centroamericana podemos identificar por lo menos tres modalidades de Estado democrático. La primera es el Estado democrático representativo que funciona como un Estado liberal avanzado. Tal y como sucede en Costa Rica. La segunda modalidad corresponde al Estado democrático trampantojo, representado por Nicaragua y El Salvador. En ambos países funcionan formas de apariencia participativas pero que han devenido a regímenes de corte autoritario. Y el tercer tipo lo ofrecen Honduras y Guatemala, que tienen Estados democráticos débiles, con estructuras representativas pero una ineficaz separación de poderes estatales da como resultado la concentración del poder en las manos de unos cuantos individuos con intereses mezquinos, que buscan debilitar las instituciones para garantizar la impunidad de sus fechorías.
El crecimiento de la desigualdad, la precarización laboral y la falta de políticas públicas efectivas han contribuido a la desaparición progresiva de las clases medias y las democracias de la región necesitan el apoyo de las clases medias, porque son ellas las que más la aprecian, y las que más rechazan las alternativas autoritarias. Por ello, si las clases medias están decepcionadas con el sistema, difícilmente podrán defenderlo bien. Por eso es importante que a la hora de diseñar cualquier política pública o implementar cualquier intervención social que promueva desarrollo lo ideal es que no solo atienda prioritariamente a los que más lo necesitan en la escala económica social, sino que una sociedad democrática, debe garantizar también que todos los sectores, especialmente las clases medias, se sientan parte y puedan prosperar en ella. Sin embargo, los principales enfoques de intervención de los actuales gobiernos de la región no visualizan, tal vez por falta de visión, tal vez por falta de conocimiento, las necesidades de la clase media centroamericana.
Y en la dinámica cultural centroamericana contemporánea, el campo literario pasa a ser el lugar en el que encontramos algunas respuestas de la realidad de esta clase media, invisible para la mayoría de las intervenciones estatales. Nuevamente es la literatura, ese campo en el que los discursos del pasado y la (re)elaboración del presente se materializan, de forma particular en los relatos, a veces testimoniales, a veces desde el campo de la ficción, la que nos ofrece la oportunidad de ahondar en los anhelos y frustraciones de la clase media centroamericana.
Y si alguien, en el imaginario literario del istmo, ha sabido captar la esencia de retratar la vida de la clase media centroamericana, es definitivamente el narrador, cronista y poeta costarricense Luis Chaves, en su obra O.W, una fábula. Luis Chaves establece un retrato fragmentario de la sociedad costarricense de finales de los años setenta, personificada en la figura de un personaje gris de la clase política. Una obra que aborda la idiosincrasia de la clase media costarricense pero que podría ser de cualquier país del istmo centroamericano.
Los hechos suceden al final de la década de 1970. Es una obra de ficción.
Así da inicio O. W (una fábula) de Luis Chaves. Con un carácter liviano y muy cercano a su poesía, el autor refleja la sociedad costarricense de una época, finales del siglo XX.
O.W. (una fábula) es un relato muy corto dividido en capítulos breves que en algunas ocasiones se reducen a una frase u oración larga. Son pequeños retazos, escenas cotidianas de la vida de Óscar Waldemar Matamoros, protagonista del libro, político de clase media con un aire melancólico y triste que atraviesa el libro de forma permanente. Pero también es un retrato de la clase media costarricense. Una novela armada con fragmentos breves, atmosféricos, a modo de viñetas, en la que se narra las anti-hazañas de un candidato a la presidencia en la década de los setenta.
Esta obra de Luis Chaves transpira el efecto de una novela mosaico. Sus micro capítulos individuales comparten un escenario hilvanado por la vida del protagonista, el político Oscar Waldemar Matamoros. Su unidad narrativa se cohesiona conforme se avanza en su lectura, aunque los diferentes mini capítulos individuales refractan una pluralidad de puntos de vista y estilos. Estos funcionan como microrrelatos o pequeñas composiciones que se articulan como parte de algo mayor que el narrador nos deja intuir. La brevedad da un aire depurado al relato que en su concisión nos ayuda a apropiarnos del momento y del carácter del protagonista. Luis Chaves juega con los géneros para conseguir un libro que se puede leer de formas muy diversas. Cada capítulo de esta novela tiene su propia autonomía. Pueden ser leídos como poemas en prosa o relatos muy breves. Al mismo tiempo, estas piezas calzan perfectamente en el cuerpo de la narración, de forma orgánica, hacen funcionar un engranaje, construyen una sintaxis. Hilvanan una secuencia de momentos.
En palabras del poeta y narrador español Juan Domingo Aguilar comenta que el escritor Luis Chaves, con una extremada sencillez y desenfado, escribe textos que, al entrar en contacto entre ellos, y con nosotros, generan una especie de combustión que suena como la de una cafetera cuando hierve demasiado, pero que nos devasta por dentro como una diminuta bomba atómica, ese, sin duda, es Luis Chaves. Es precisamente esa capacidad de abordar los grandes temas a través de pequeños detalles, lo que lo convierte en un autor tan único.
Ejemplo de ello es el capítulo titulado Partido Desobediencia Nacional. Luis Chaves escribe:
Para la república, lo mismo que pasa para la salud: remedios naturales y ejercicio diario.
(Pausa)
A comienzos de la década de 1960 en Estados Unidos cobró fuerza una corriente artística contemporánea que jugaba con elementos limitados y que se caracterizaba por buscar la máxima expresividad con los mínimos recursos, reduciendo las obras a lo básico y fundamental. Este espíritu minimalista se patentiza en la expresión “menos es más”, atribuida al arquitecto Ludwig Mies van der Rohe, y en la actualidad, esta declaración se ha convertido en una verdadera filosofía que ha influido profundamente en el pensamiento moderno. Pureza y sencillez; reducción y síntesis; purismo estructural y funcional; abstracción y orden; economía del lenguaje y medios son algunas de las características del minimalismo.
Al leer las micro narrativas de Luis Chaves nos viene a la mente esa economía de medios aplicada al campo literario. La obra de Chaves, que abarca poesía, narrativa y crónica, orbita alrededor de la familia, las fotos, las rutas, la música y las distintas representaciones del amor. Ese recorte y cierta economía de la forma hacen distintiva a su escritura. De hecho, el propio autor expresa que trata de no sobredimensionar su deseo de escribir.
Luis Chaves afirma que escribir es provocar. Ese ejercicio sin justificación mercantil, fuera de toda lógica costo-beneficio. Elegir la escritura ya es un gesto político. El, como parte de una comunidad, de un lugar, tiene su posición frente a estas situaciones. Para él, lo que se vuelve complicado, es la manera en que dichas posiciones se filtren en la escritura.
Cuanto menos obvio, menos explícito, menos plano, mejor, expresa Luis Chaves.
El protagonista de esta obra, Óscar Waldemar, es un personaje ingenuo, resignado, triste.
Redactar, siempre a deshoras, arengas patrióticas (involuntariamente marxistas) para los mítines dominicales no lo exime del pago del autobús.
escribe Luis Chaves en el capítulo Un individuo del padrón electoral va de la casa a la parada del bus.
Algunos analistas literarios afirman que este está inspirado en un personaje real de la vida política de Costa Rica, concretamente en el famoso político costarricense G. W. Villalobos que, entre muchas otras aventuras hilarantes, peleó en una plaza de toros contra el luchador argentino Martín Karadagian. Sin embargo, el autor evita profundizar en las anécdotas existentes sobre este político. Es solamente un punto de referencia para construir un arquetipo del ser costarricense.
En el mini capítulo Retrato 8, Luis Chaves escribe:
Óscar Waldemar Matamoros va a desaparecer del relato nacional, pero en este momento posa para una foto. Mira de frente a la cámara con la sonrisa irónica de quienes no son felices y saben por qué. Pocas fotografías de una persona tienen la cara de un país.
La literatura de Luis Chaves y en concreto O.W. está hecha con palabras pequeñas que generan imágenes instantáneas. La intuición, los sobreentendidos y los guiños juegan un papel fundamental en esta obra, que acerca de forma muy clara al Chaves narrador con el Chaves poeta. Si bien, nunca ha habido tal separación, esta es una historia donde la forma se desdibuja para lograr un híbrido entre poesía, relato breve y microcuento. En esencia, la obra O.W: una fábula, es la biografía de una sociedad, la clasemediera costarricense, pero también calza con la centroamericana.
Esa clase media que ve la vida pasar sobre la mesa de la sala-comedor vestida con un plástico transparente que cubre el mantel, aquella que bebe, sola, ni triste ni alegre en la cantina del barrio, o aquellas de las jóvenes del barrio cuyo futuro más acertado será quedarse embarazadas. Esa clase media que cada día ve como pierden valor los pesos que ya no alcanzan para tomar el bus, o la de la madre que lava los platos y cubiertos plásticos de la cena en la pila en la que más tarde lavará la ropa del niño.
Una clase media que lleva en su ADN la costumbre de tomar café en vaso, bajar la cabeza obediente y rascarse las axilas en los asientos preferenciales del bus; una clase media acostumbrada a la fila infame del banco y el hospital, el estreñimiento, el olor a humedad de su ropa, las várices, las gavetas que no cierran bien y como expresa el narrador-poeta Luis Chaves, esa clase media a la que todo lo que no alcanza siquiera para un poemita llorón.
Luis Chaves escribió O.W. (una fábula) y Encino ediciones la publicó en 2020.
Luis Chaves nació en 1969. Narrador, cronista y poeta costarricense, es considerado una de las figuras más destacadas de la poesía contemporánea de Centroamérica. Estudió Economía Agrícola, sin embargo, no se dedicó a esta profesión, sino que empezó a escribir y a publicar poesía y artículos en los años noventa. Además, se dedica a la traducción. Sus textos empezaron a ser reconocidos en Latinoamérica y España, siendo considerado prontamente como una de las voces emergentes más destacadas de Costa Rica.
De su obra poética publicada podemos mencionar El anónimo, Los animales que imaginamos, Historias Polaroid, Cumbia, Chan Marshall, Asfalto: un Road Poem, Monumentos ecuestres, La máquina de hacer niebla, La foto y Falso Documental: Poesía Completa 1997-2016. En prosa, los títulos El mundial 2010. Apuntes, 300 páginas. Prosas, Salvapantallas, Vamos a tocar el agua, La marea de Noirmoutier y la fábula O.W. Algunos premios de los recibidos son el premio Sor Juana Inés de la Cruz en 1997, el III Premio de Poesía Fray Luis de León y en 2001 fue finalista del premio de poesía del Festival Internacional de Poesía de Medellín, Colombia. En 2012 recibió el Premio Nacional de Poesía Aquileo Echeverría de Costa Rica. Su obra ha sido traducida al alemán, francés, inglés, italiano y esloveno.
Fuentes consultadas:
Chaves, Luis. O.W. (una fábula). San José: Ediciones encino, 2020. ISBN: 978-9930-5841-11-7.
Yuste, Gustavo (2019). Luis Chaves, el autor de una región: "Escribir es provocar". En: Perfil (19 de noviembre). Recuperado de: enlace.
Wajszczuk, Ana (2020). Luis Chaves: de lo pequeño a lo pequeño. En: Eterna cadencia (16 de marzo). Recuperado de: enlace.
Aquí estoy - Luis Chaves, escritor costarricense (2017). En: Eterna cadencia (24 de agosto). Recuperado de: enlace.
Domingo Aguilar, Juan (2024). Salvapantallas, de Luis Chaves. En: Zenda (18 de mayo). Recuperado de: enlace.
Domingo Aguilar, Juan (2020). 5 poemas de Luis Chaves. En: Zenda (11 de marzo). Recuperado de: enlace.
Luis Chaves y la crónica de un "tico" en Berlín (2025). En: Página 12 (18 de mayo). Recuperado de: enlace.
Fernández González, Ana Betariz (2015). Luis Chaves, como escritor también quiere ser buen «tata». En: Semanario Universidad (2 de diciembre). Recuperado de: enlace.
Pérez Cotten, Ana (2020). Luis Chaves: “No todo el mundo siente gusto de compartir lo que escribe” En: Infobae (20 de marzo). Recuperado de: enlace.
Torres-Rivas, Edelberto (2015). Las democracias en Centroamérica. En: Política exterior (23 de junio). Recuperado de: enlace.
Menkos Zeissig, Jonathan (2021). Centroamérica: más pobres y menos clase media tras 2020. En: ICDFI (14 de julio). Recuperado de: enlace.
Piza, Rodolfo E. (2023). Rebelión de las clases medias. En: Academia de Centroamérica (24 de mayo). Recuperado de: enlace.
La extinción de la clase media en Centroamérica: una crisis profunda e invisible del sistema (2025). En: Plaza Legal (febrero). Recuperado de: enlace.
Mata, Alfonso (2023). Hay que despertar a la clase media. En: Lahora.gt (8 de diciembre). Recuperado de: enlace.
Share this post